Me he levantado con ese característico dolor corporal que reconozco nada más abrir los ojos. Es un dolor tremendo, sensacional, un temblor de piernas que todavía permanece en mis músculos, cada vez en menor intensidad, pero sigue ahí, recordándome las innumerables poses y movimientos encima de aquel colchón. También sigue en mi bajo vientre el [...]
